Hola, soy fernando

Hoy me desperté nervioso porque pienso que no vendrás a nuestra cita. Me palpita el corazón y me duele la barriga.

 Apenas pude tomarme a sorbos gigantes el café que con tanto esmero me preparó mi mamita lilia. Ella no entiende muy bien el porqué de estos suspiros que me salen del alma cada de cuando en vez, pero seguro sospecha que ya hace rato perdí la inocencia de mi corazón. Es por eso que ahora reza el rosario con mucho más esmero y le pide a las almas del purgatorio que cualquier cosa puede soportar, menos la agonía de otro nieto habido fuera del rigor católico. ... Otro nieto, si supiera solo que su rezadera del bendito rosario me tiene tan casto y puro como la santísima madre maría. Que Dios me perdone pero debería rezarme el rosario a mí más bien, a ver si el tema de hacer milagros se me dá por cargar esta maldición en la que se me ha convertido mi virginidad. Claro que, uno debería oficialmente perder la virginidad, después de un cierto número de masturbaciones. Algo así como un premio insolicito (existirá esa palabra?)... Tome chino, tanto te has consentido tu miembrecito que hemos decidido declararte oficialmente un desvirgado. Ay por dios, que cosas digo.

El hecho es que salí hoy corriendo de mi casa por venir a verte. Practiqué tanto que decirte, como mirarte, que palabras me dirás tú, como tocarte... Me sé todos los movimientos por adelantado. Algo que aprendí del ajedrez. Pensar en todas las posibilidades, en todas las aperturas, enroques y jaque mates. Eso es una partida vencida y ganada, dice mi profe de ajedrecho. No tiene pierde papá.

El tiempo pasa. Trato que el viento no me arrebate la loción que me embadurne por todo el cuerpo (uno nunca sabe) y mucho menos que me cambie el estilo de mi peinado. Si algo sé de tí, es que te gusta que los tipos huelan bueno. A macho con clase, sueles decir. Por eso es que también me gaste mis ahorros en esta camisa de marca. La compré en la tienda que queda al lado de la iglesia. Allá, esa de la vitrina en donde te veo suspirar los domingos después de misa. Quiero que cuando me veas, suspires de igual forma.

Las horas han pasado. Tu sombra no deja rastro. Te he confundido varias veces con cualquier niña de pelo alborotado que sube por la avenida, pero nadie como tú. Ninguna sonríe con igual empeño. Eres única mi amor hermoso, espero que algún día tenga el coraje de decírtelo.

Así como espero poder también algún día presentarme, y decirte hola, soy fernando. Soy el niño que huele a macho con clase, que se esmera en parecer el maniquí de la tienda que tanto te gusta y que está dispuesto a dar la vida por un beso tuyo.

Hola, soy fernando y todos los martes a la misma hora vengo a esperarte a la esquina de la avenida ávila con tercera, en donde sé vendrás algún día a reclamar el amor que te dedico en cada partida, cada examen, cada nota musical, cada beso a mi mamita lilia.

Hola, ni siquiera me conoces pero soy fernando, y me voy para mi casa porque la lluvia me arrebató la loción y la esperanza de un sólo lamparazo, y quiero poner a secar las gotas de invierno y llanto que ahora guarda mi camisa nueva.

Hola, soy fernando, y soy porque hoy como nunca, desapareciste para siempre.